sábado, 1 de diciembre de 2007

Puse proa a la vida, por saber
mi nombre y aprender aquel oficio
que demostrara estar vivo y ser libre.
Entonces aprendí a sobremorir...
La vida, cuando es álamo y sonido,
jamás perteneció a quienes nacieron
un poco allá, mañana numeral

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